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sábado, 23 de abril de 2022

Los estadios de Rosario Central antes de Arroyito - En la edición número 13 de la revista Historia Fútbol Club

En la edición número 13 de Historia Fútbol Club ofrecemos un completísimo informe histórico sobre las canchas que Rosario Central tuvo antes de asentarse en Arroyito. Una nota inédita en la que hicimos una detallada descripción de los lugares y las ubicaciones exactas de estadios que rescatamos para nuestros lectores. Desde su primer reducto entre los portones 3 y 4 del Ferrocarril Central Argentino, pasando por el de la Plaza Oldendorff, hasta los de la Quinta Sanguinetti y la Parada Castellanos. Un espectacular artículo, con imágenes inéditas que podrás disfrutar en la más alta calidad. 

También encontrarás una reseña de los emblemas de Argentino de la ciudad de Rosario. Desde sellos, banderas y escudos cuando tenía el nombre de Club Atlético Nacional, hasta sus insignias con la actual denominación. 

Abrimos una nueva sección dedicada a los Grandes Partidos Internacionales. En este número los principales torneos amistosos celebrados en 1956. 

Y además inauguramos la sección HFC Mundial en la cual brindamos la primera entrega de la medallística de las copas del mundo. En la presente edición las correspondientes a 1930, 1934 y 1938. 

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viernes, 26 de junio de 2015

El estadio Gabino Sosa, segunda parte

Cambio de orientación de los arcos.
Foto 1
Tras lograr en 1957 el ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino, las autoridades de la A. F. A. le exigieron al club Central Córdoba la ampliación de la capacidad de su viejo reducto de Virsasoro y Juan Manuel de Rosas, para que pueda ser utilizarlo en los partidos de la primera división. En el campeonato de 1958 el equipo de Tablada tuvo que efectuar sus compromisos de local en el estadio de Newell’s Old Boys, ya que su field no reunía las condiciones que pretendía la entidad madre del fútbol argentino. En diciembre de 1958 los dirigentes charrúas decidieron que tenían que jugar en su propia cancha para el torneo de 1959, por tal razón aprobaron la realización de las reformas, que comenzaron de inmediato. En el corto lapso de tres meses se construyeron dos nuevas tribunas en los costados norte y sur, se corrió la popular hacia el este, para cambiar la orientación de la cancha, ya que era la única forma de lograr las dimensiones exigidas por la A. F. A. Finalmente el campo de juego pasó de estar orientado de norte a sur a situarse de este a oeste, tal cual se lo puede observar en la actualidad. 
Merecido reconocimiento. El estadio es bautizado como Gabino Sosa.
En la cena en la cual el club celebro su 63° aniversario, realizada el 7 de noviembre del año 1969 se decidió homenajear a Gabino Sosa,  un baluarte del fútbol rosarino, que brilló en el conjunto de Tablada, en la selección rosarina y también nacional, por tal motivo el estadio de Central Córdoba fue bautizado desde esa noche con su nombre.

Un nutrido número de personas se aglomera en la puerta del estadio Gabino Sosa, para presenciar un partido en 1974.
Foto revista El Gráfico.

Foto1: Acto de inauguración del estadio, tras la reorientación de los arcos. 

martes, 9 de junio de 2015

La cancha de Argentino en barrio Industrial

Inédita foto del año 1937 de la cancha de Argentino en barrio Industrial .
En el año 1924 el club Nacional (denominación que adquirió en 1915 y cambió en 1935 por su actual nombre de Argentino) se trasladó entre las calles Gorriti e Iguazú, en pleno barrio Industrial. En un principio la cancha poseía una modesta casilla de madera, un alambrado, donde se colocaban lonas para evitar que se vean los partidos desde afuera y unos pocos tablones, que se asemejaban a una tribuna. Luego el reducto contaba con una humilde tribuna construida en uno de sus laterales, más tarde se amplió la capacidad del estadio y se levantó una grada de tablones de madera en el lateral opuesto a la tribuna que ya se encontraba. Asimismo es importante remarcar que por algunos años fue vecino del club Tiro Federal, que tuvo su cancha en el terreno lindero a la del salaíto.

Allí permaneció hasta el año 1943, cuando el club decidió inscribirse en la Asociación del Fútbol Argentino, como ya lo habían hecho Newell’s, Rosario Central y Central Córdoba. Pero la afiliación no le fue aceptada, puesto que el estadio con que contaba no reunía las condiciones adecuadas que requería la A.F.A. Por tal motivo era necesario efectuar nuevas remodelaciones en su vieja cancha de barrio Industrial. La comisión directiva quiso comprar un lote lindero donde se encontraba una casa para poder construir otra tribuna. El dueño del inmueble, que cuentan era el lechero del barrio, se negó a vender su vivienda, por lo tanto el salaíto tuvo que buscar otro lugar para erigir su estadio. 
Finalmente al año siguiente inauguró su estadio de barrio Sarmiento, donde sigue emplazado en la actualidad. En su nuevo reducto debutó en la segunda categoría del fútbol argentino frente a All Boys, con quien empató 2 a 2. 

El estadio del salaíto de Gorriti e Iguazú hacia principios de la década del ’40. Nótese las ampliaciones con respecto a la imagen de 1937. 

martes, 26 de mayo de 2015

Inauguración de la tribuna de la visera de la cancha de Newell's


Espectacular imagen de la tribuna de la visera hacia la década de 1930. 
Tras desmantelarse la antigua estructura de madera, que ofició como tribuna oficial en la cancha de Newell's (luego de ser desarmada fue vendida al Club Atlético Provincial que la instaló en su campo de juego) se empezó a construir en su lugar la tribuna de la visera. Dicha grada fue la primera de cemento que tuvo el club. Fue proyectada y edificada por la prestigiosa firma rosarina Ferrarese Hnos. y Cia.

El primer partido que se disputó con la nueva tribuna techada fue el que llevaron a cabo los seleccionados de Rosario y Buenos Aires, el jueves 9 de mayo. Dicho cotejo se organizó con el objetivo de recaudar fondos para la construcción de un local propio para la Liga Rosarina de Football. Cabe remarcar que el combinado rosarino se impuso por 2 a 0, con goles de Scaroni y Barreiro. Posteriormente el domingo 12 de mayo, Newell’s Old Boys jugó en su estadio ante Sparta, a quien venció por 3 a 1, con tantos de Azurmendi (2) y Murúa, mientras que Borio anotó para el elenco derrotado.
Dirigentes y allegados de la institución del parque posando junto a las escalares de la tribuna de la visera, el día de su inauguración. Ese histórico lugar aún se conserva. 
Foto 2
De todas formas la inauguración oficial se efectuó el 26 de mayo de 1929. Con motivo de la celebración se preparó ese día una gran fiesta, donde hubo un desfile, encabezado por la banda musical del cuerpo de bomberos. Además estuvieron presentes representantes de los distintos clubes que participaban en la Liga Rosarina. Luego se preparó un encuentro de fútbol entre el anfitrión y Boca Juniors, invitado para el evento especial. Bajo el arbitraje de Juan Rota, los elencos formaron de la siguiente manera. El cuadro rojinegro lo hizo con: José Serena; Fermín Lecea y  Natalio Molinari; Alfredo Chabrolín, Cataldo Spitale y Julián Sosa; Rogelio Paz Murúa, Valentín Ercole, Walter Haumuller, Manuel Azurmendi y Agustín Peruch. Mientras que los xeneizes alistaron a: Merello; Muttis y Estrada; Médice, Fleitas Solich y Moreiras; Penella, Kuko, Tarasconi, Cherro y J. Evaristo. El puntapié inicial estuvo a cargo de la señorita Margarita Semino.
Rápidamente el trámite del encuentro se tornó netamente favorable al conjunto boquense, que abrió el marcador mediante un cabezazo de Kuko, algunos minutos después Penella amplió la ventaja. En la segunda parte Tarascone con un soberbio remate estableció el 3 a 0 final. A pesar de la dura derrota del local, no se vio opacada la celebración de la inauguración de la nueva tribuna, que aún en nuestros días se puede contemplar, ya que mantiene la fachada original. Es la platea oficial, que fue testigo de innumerables jornadas futbolísticas rojinegras, que vio a grandes jugadores comenzar su carrera, también presenció alegrías y tristezas, y que el 22 de diciembre de 2009 (80 años y casi 7 meses después) se la bautizó con el nombre de Gerardo Martino, jugador con más presencias con la camiseta de Ñuls en torneos de A.F.A.
La tribuna Gerardo Daniel Martino, forma parte del patrimonio histórico de la ciudad.


Foto 2: Corresponde al día de la inauguración oficial de la tribuna de la visera, el 26 de mayo de 1929. Jugadores de Newell’s y Boca Juniors posando distendidos en el campo de juego. Allí podemos ver entre otros a Máximo Fernández, Julián Sosa y Fermín Lecea. 

viernes, 15 de mayo de 2015

La cancha del cruce

La tribuna oficial de la cancha del cruce.
El primer campo de juego que tuvo Central Argentine Railway Atheltic Club (desde 1903 Rosario Central) se situó entre los antiguos portones 3 y 4 del ferrocarril Central Argentino. Esos terrenos, que quedaban ubicados en inmediaciones del paso de Las Cadenas (hoy pasaje Celedonio Escalada), eran propiedad del ferrocarril y por intermedio de los señores W. Lucas y T. Russel el club pudo instalar su cancha de críquet, donde luego se practicó también fútbol. Posteriormente en 1896 se mudó entre la avenida Alberdi y Jorge Harding, en unos terrenos que pertenecían al señor Oldendorff.
Luego llegamos al año 1902, cuando se instaló en la denominada Quinta Sanguinetti. De ese field nos ocuparemos en la presente nota, describiendo cada rincón de él, como si retrocediéramos imaginariamente en el tiempo y pudiéramos aunque sea por un instante dar un recorrido, para observar con detenimiento su fisonomía.
La denominada “cancha del cruce” se ubicó entre las calles Catamarca, Constitución y Castellanos. Se la conocía de esa manera, ya que se encontraba unas pocas cuadras al oeste del cruce Alberdi. Las adyacencias del campo de deportes contaban con pocas edificaciones, la que más sobresalía era una de dos pisos, llamada Villa Sanguinetti (tenía el apellido de sus propietarios), que se levantaba al sudoeste de la cancha, cercana a la calle Alsina y al extremo de una larga casa con cuartos (en el censo 1910 figura como conventillo), que como la Villa, miraba a la cancha.
Allí se podía acceder viajando en el tranvía de la línea 5, con recorrido final en el pueblo Alberdi (a partir de 1918 fue anexado a Rosario como barrio).
El predio tenía unos 15.000 m2, de los cuales alrededor de 5.000 pertenecían al ferrocarril y el resto a los sucesores de Bernardo Sanguinetti.
Los alrededores de la cancha estaban cubiertos casi en su totalidad por pastos altos, en tanto Wladimir Mikielevich afirmó en su nota ¡Aquella cancha del viejo “Talleres”! que al norte el reducto lindaba con varias vías, mientras que en el extremo este cerraba la calle Catarmarca a unos cien metros al oeste de Constitución. En tanto que en la parte sur sucedía lo mismo con Castellanos, que estaba cortada por la cancha cien metros al norte de Tucumán y la continuación de Catamarca seguía cerca de veinte metros antes de llegar hasta Alsina. Cabe destacar que por aquellos años no existía la actual calle Bordabehere, que fue abierta posteriormente al sur de los terrenos del F. C. C. A.  
Ya hemos llegado…ahora entremos por el portón que se situaba por Castellanos y demos una recorrida por dentro.
Al campo de juego, que estaba cercado por un alambrado, lo bordeaba un espacio libre, desde donde se podía mirar los partidos. Al sudeste se levantaba una casilla de madera, que hacía las veces de vestuario o incluso se utilizaba como depósito. Además contaba con una tribuna, que medía unos veinticinco metros y estaba pintada de verde. La grada tenía un cartel donde se podía leer “para socios solamente”. En la planta alta de la misma casi siempre concurrían damas de recatado comportamiento.
Cuenta Wladimir Mikielievich que los días en que se disputaban partidos importantes se colocaban por la parte interior del alambrado unas fajas confeccionadas con bolsas de arpilleras para impedir ver el encuentro a aquellos que no abonaban los cincuenta centavos que costaba la entrada. Sin embargo había quienes burlaban este impedimento, subiéndose a los techos de los vagones de carga, que permanecían casi siempre estacionados sobre las vías, que se encontraban muy cerca del sector norte del campo de juego. De todas formas esta intrépida manera de presenciar los cotejos tenía sus riesgos, debido a que en más de una ocasión, los hinchas debían saltar rápidamente y huir al escuchar la pitada de las locomotoras de maniobra, porque podía ponerse en movimiento la fila de vagones. Asimismo añadió que muchas veces sospechó, ante la reiteración en la misma tarde de los toques de silbato, que éstos eran efectuados por maquinistas contratados por las autoridades del club. También asustaban a los fanáticos los silbatos de los trenes que circulaban por las vías paralelas, vinculando Rosario con Cañada de Gómez, Pérez y Casilda.
Rosario Central permaneció en la cancha del cruce hasta 1918, cuando un buen día desarmaron el alambrado, la casilla y la tribuna. El nuevo reducto canalla o de “talleres” (como se lo apodaba por ese entonces) se trasladó en inmediaciones de la parada Castellanos, entre las calles Iriondo y Facundo de Zuviría (hoy Central Argentino), no tan lejos de la Quinta Sanguinetti, en un predio que también le pertenecía al ferrocarril.

sábado, 11 de abril de 2015

La cancha de Central Córdoba, símbolo de Tablada Primera Parte


Vista panorámica del estadio Gabino Sosa.
A diferencia de otros clubes, Central Córdoba siempre tuvo su cancha ubicada en una misma zona, por tal razón la entidad charrúa se identifica con Tablada, ya que su estadio forma parte de la fisonomía del barrio, donde se forjó y en el cual sigue emplazado, con una capacidad para recibir alrededor de 17.000 espectadores. 
El primer campo de juego con que contó se situó en las intersecciones de las calles Ocampo, Buenos Aires, bulevar Rosarino (actual bulevar 27 de Febrero) y 25 de diciembre (hoy Juan Manuel de Rosas), en los terrenos que ocupaban Pedro Alles y Juan Ventura. Cabe mencionar que en la esquina de dicho lugar se encontraba el antiguo café de Díaz. Poco tiempo después mudó su field muy cerca de allí (25 de Diciembre entre Viamonte y Ocampo) y finalmente en 1907 se instaló entre las calles Virasoro, Gálvez, 25 de Diciembre (hoy J. M. de Rosas) y 1° de Mayo, donde todavía se encuentra el estadio charrúa.

En los primeros años de existencia el club Ferrocarril Córdoba y Rosario (desde 1914 Central Córdoba) mantuvo una estrecha relación con la empresa de ferrocarril del mismo nombre (de donde provenían la mayoría de los integrantes del club), que le permitió utilizar el hall de la estación de trenes para la realización de asambleas y le cedió una oficina dentro de la misma para que sirva de secretaría del club. Asimismo le alquiló sin costo alguno el terreno donde se erigió la nueva cancha, que se ubicó al lado de la playa de maniobras y depósitos de carga de la estación.
En la fotografía se pueden apreciar los aserraderos Chiesa hermanos, la playa de maniobras del ferrocarril Córdoba y Rosario y la cancha del club del mismo nombre. 
Posteriormente las diferentes compañías que formaban la empresa de ferrocarril Córdoba y Rosario se fusionaron en una sola, cambiando su denominación a ferrocarril Central Córdoba. Asimismo se creó la Compañía Ferroviaria de Tierras, que era la encargada de administrar las propiedades del ferrocarril de firma británica. Debido a este hecho se puso en duda la cercana vinculación entre el club y el ferrocarril, pero pese a las preocupaciones de los dirigentes charrúas, los directivos del F. C. C. C. le permitieron seguir ocupando el predio donde tenía su cancha sin cobrarle peso alguno, hasta que en 1916 se llegó a un acuerdo con la nueva compañía, celebrándose un contrato de alquiler. Además ese año se colocó el alambrado alrededor del campo de juego y se levantó una casilla de madera, que contaba con un techo de paja y piso de tierra. Luego en 1920 se efectuó una reforma en la cancha, se derribó la antigua casilla y en su lugar se construyó un pabellón más amplio, que ofrecía una mayor comodidad. El mismo contaba con trece metros de largo, tres compartimientos, secretaría y anexos. También corrieron el terreno de juego trece metros al este.
A principios de la década de 1920 el club levantó en su campo de deportes las primeras tribunas, que fueron cuatro gradas de tablones de madera de sesenta centímetros de ancho colocadas en la parte este.
Aspecto de la tribuna popular de tablones de madera en 1935. 
En el mes de abril de 1931 la empresa constructora Chaina & Cía. construyó una tribuna con una estructura metálica, con tablones de madera, de cien metros de ancho, diez de largo y seis de altura, en dos tramos separados en su parte central por un espacio libre de casi cinco metros y medio de ancho y cinco de altura. La nueva grada reemplazó a las ya existentes en el sector este. Para la realización de la obra, que demandó solamente siete días, se utilizaron cuarenta toneladas de hierro.
 Cabe mencionar que la Compañía  Ferroviaria de Tierras le alquiló la cancha a Central Córdoba por muchos años, hasta que gracias a un mancomunado esfuerzo de dirigentes y socios charrúas en 1958 la institución sureña logró comprar los terrenos donde se erige su estadio.

domingo, 24 de agosto de 2014

La tribuna Libonatti

Aspecto de la tribuna Libonatti hacia la década del ’20. 
A fines del año 1919 la entidad del parque construyó una popular en el sector sur del estadio. La grada fue erigida sobre un terraplén de ladrillos colorados, por tal razón fue conocida como la “tribuna roja”.
Asimismo los hinchas rojinegros la bautizaron “la tribuna Libonatti”, ya que los hermanos Julio y Humberto Libonatti participaron junto a su padre, contratista de la obra en la construcción de la popular, que tenía 15 escalones. Posteriormente se le agregó un anexo de mampostería y madera. 
Por muchos años la tribuna roja o Libonatti fue testigo de los partidos de Ñuls, hasta que en 1971 fue derrumbada para construir en su lugar una nueva platea techada, la cual fue demolida en noviembre de 1995. Hoy allí se encuentran las populares locales, que dan espaldas al Hipódromo Independencia.
Julio Libonatti

lunes, 18 de febrero de 2013

En 1929 Rosario Central inauguró las populares de cemento

José Benincasa, de Peñarol, Zenón Díaz (portando una enorme bandera auriazul) y Harry Hayes encabezaron el desfile previo al encuentro amistoso entre rosarinos y uruguayos en 1929.

El domingo 27 de octubre de 1929 Rosario Central inauguró las tribunas populares de cemento en su estadio ubicado en las intersecciones de Génova y Cordiviola, agrandando así su capacidad a alrededor de 30.000 espectadores. Las gradas de concreto suplantaron a los viejos tablones de madera que tenía el estadio. Para festejar el acontecimiento se organizó un encuentro amistoso ante Peñarol de Montevideo, cuyo resultado fue un empate en dos. Antes de comenzar el compromiso se realizó un desfile, en el cual participaron ex jugadores y dirigentes de la institución de Arroyito, junto a José Benincasa, perteneciente al elenco Carbonero de Uruguay.

Según las crónicas de la época el partido fue parejo y de interesante desarrollo, puesto que los dos cuadros brindaron un buen espectáculo.
Rápidamente el elenco canalla se puso en ventaja, gracias a un violento remate de Marcelo Tamalet, que venció la resistencia del arquero Estévez, del once uruguayo, transformándose en la apertura del marcador. Pero la alegría auriazul duró un suspiro, debido a que pocos minutos después Vicente Sarni logró nivelar las acciones. Posteriormente a los 27’ Pascual Paola ingresó al área rival, lanzó un centro muy alto, que Octavio Díaz no llegó a detener. Antonio Sarni tomó el balón y anotó el segundo tanto de Peñarol. Finalmente en el complemento Rosario Central inclinó la cancha, dominando el cotejo, hasta llegar a la igualdad, mediante un tanto señalado por Lorenzo Vázquez, que le dio cifras definitivas al encuentro.

Síntesis

Jugado el domingo 27 de octubre de 1929.
Rosario Central 2: Octavio Díaz; Francisco De Cicco y Juan González; Arturo Podestá, Teófilo Juárez y Félix Romano; Lorenzo Vázquez, Gerardo Rivas, Marcelo Tamalet, Luis Indaco y Nazareno Luna.
Peñarol 2: Cirilo Estévez; José Benincasa y Adhemar Canavessi; Carlos Riolfo, Gildeón Silva y Luis Mainardi; Pascual Paola, Arturo Suffiotti, Vicente Sarni, Antonio Sacco y Arturo Hohl.
Goles: P.T. M. Tamalet (R.C.), V. Sarni (P) y A. Sacco (P). S.T. L. Vázquez (R.C.).
Cancha: Rosario Central.
Árbitro: Miguel Canaves.
En la foto la tribuna lateral popular de cemento de Rosario Central, que daba espaldas al Río Paraná (hoy allí hay dos bandejas de plateas), la cual estaban terminando de construir en abril de 1929.

El diario La Acción publicó el 6 de abril de 1929: “Se han iniciado hace ya un mes los trabajos de levantamiento de la nueva tribuna popular del viejo y prestigioso club Rosario Central. Ella se viene construyendo dentro de los más modernos procedimientos y en fecha muy cercana será dispuesta para los aficionados. Tendrá capacidad para millares de concurrentes cómodamente ubicados. Conjuntamente con Newell’s Old Boys, su tradicional rival de siempre, tendrá el mejor estadio del interior del país”.  

viernes, 22 de julio de 2011

Hoy 23 de julio se cumplen cien años de la inauguración de la cancha de Newell’s en el parque

Aspecto de la cancha de Newell’s en el Parque de la Independencia en sus primeros años.


Al cumplirse en el día de la fecha los cien años de la inauguración de la cancha de Newell’s Old Boys en el Parque de la Independencia, retrocedamos hasta el lejano 1911 y revivamos como fue aquella fiesta de apertura de la casa leprosa.

Corrían los primeros meses del año 1911 cuando los dirigentes del club rojinegro, gracias a las gestiones del Dr. Claudio Newell y de su presidente por ese entonces, el señor Humberto Semino, consiguieron una concesión otorgada por la Municipalidad de Rosario en unos terrenos ubicados en el Parque de la Independencia, donde previamente se había situado la quinta Tiscornia. En ese lugar, cercano al hipódromo y al laguito, asentarían su nueva cancha. En el mencionado sitio comenzaron con la construcción de una tribuna de madera techada que se ubicaría a espaldas de la Av. Ovidio Lagos. La obra, que estuvo a cargo de la empresa John Wright y Cía, tardó algunos meses en concertarse. Poco antes de terminarse de construir los transeúntes que pasaban por el lugar miraban con admiración y satisfacción desde lo alto de la montañita como se erigía la nueva tribuna, que se inauguraría algunos días después. Se fijó como fecha de inauguración el 23 de julio, pero ese día Ñuls debía medirse ante Provincial, por la Copa Vila. Alejandro Berruti, presidente de la Liga Rosarina de Football propuso la suspensión de dicho encuentro para que Newell’s pudiera tener su fiesta de apertura del nuevo estadio. Pese a la oposición tenaz de los directivos del club rojo, luego de varias deliberaciones se decidió posponer el cotejo entre Newell’s y Provincial. Confirmada la fecha en que se llevaría a cabo el estreno del nuevo field, se organizó una gran fiesta para celebrarlo. El sábado 22 arribó a nuestra ciudad la delegación del club Porteño, que sería el rival de turno del cuadro leproso. Los jugadores visitantes fueron agasajados con una comida, además el domingo por la mañana se los llevó de paseo por la ciudad en el tranvía Blanco de la empresa de trasportes, reservado para las ocasiones especiales.
Finalmente el domingo 23 de julio se desarrolló la ceremonia de inauguración, que contó con la presencia de numeroso público que asistió al acontecimiento. Los espectadores ingresaron al estadio por la puerta que estaba situada en la esquina de Pueyrredón y Cochabamba.
Para la ocasión se efectuó un partido amistoso que comenzó a las 14.50 horas y fue arbitrado por Alberto Olavarría Le Bas. El encuentro se hizo netamente favorable al elenco visitante, que tenía el viento a favor. A los 25’ Marques abrió el marcador, luego de un tiro de esquina. A los 36’ el mismo jugador anotó el segundo tanto para su equipo. Cuatro minutos después lograría una nueva conquista, que nació de un error de Torelli, que dio un mal pase atrás, provocando la salida del guardameta leproso Dellacasa, que al chocar con Hamblin, dejó el arco desguarnecido, la acción la completó el delantero porteño Poulsen que con un suave disparo mandó el balón al fondo de la red. Con ese gol concluyó el primer período. En el complemento fue Newell’s quien tuvo el viento a su favor, sin embargo el trámite del cotejo le siguió siendo desfavorable. A los 10’ y 30’ respectivamente Marques señaló dos tantos más para completar la goleada con que finalizó el encuentro, en el cual Porteño logró imponerse por 5 a 0. A pesar de la derrota la fiesta no se empañó y fue todo un éxito en concurrencia. Muchas familias asistieron al histórico evento.
A partir de ese día Newell’s pasó a formar parte de la fisonomía del parque, ya que se asentó allí para quedarse, para tomarlo como propio. En ese escenario escribió páginas doradas a los largo del tiempo y forjó a grandes jugadores. Con el correr de los años se fueron ampliando las instalaciones hasta llegar a tener el aspecto que hoy posee.

Síntesis
Newell’s Old Boys 0: Juan Dellacasa; Tomás Hamblin y Rafael Bordabehere; Martín Redin, Caraciolo González y Antonio Torelli; C. Hollamby, Manuel Paulino González, Faustino González, Cayetano Blotta y Hugo Mallet.
Porteño 5: J. J. Rithner; P. Rithner y C. Galup Lanús; A. Galup Lanús, D. Bacigaluppi y B. Berizzo; E. Galup Lanús, M, Genoud, A. Marques, V. Poulsen y A. Cordero
Goles: 25’, 36,’ 55’ y 75’ Marques (P); 40’ Poulsen (P).
Cancha: Newell’s Old Boys.
Árbitro: Alberto Olavarria Le Bas.

Nota: El anfitrión salió al campo de juego con una importante ausencia, ya que esa tarde no pudo jugar José Pinoto Viale, figura del equipo por ese entonces, por tal razón lo reemplazó un joven futbolista de la cuarta división, llamado Cayetano Blotta. Asimismo José Hiriart, que habitualmente ocupaba el puesto de arquero, tampoco fue de la partida, reemplazándolo Juan Dellacasa, que años después se dedicó al periodismo deportivo, siendo el autor del libro Puntapié Penal.

sábado, 12 de febrero de 2011

El Olaeta

Vista panorámica del estadio José Martín Olaeta, ubicado en barrio Sorrento (hoy Sarmiento).

El primer campo de deportes de Argentino se ubicó en bulevar Avellaneda y Gorriti, en el barrio Refinería. Posteriormente se trasladó entre las calles Gorriti e Iguazú, en pleno barrio Industrial. Allí permaneció hasta el año 1943, cuando el club decidió inscribirse en la Asociación del Fútbol Argentino, como ya lo habían hecho Newell’s, Rosario Central y Central Córdoba. Pero la afiliación no le fue aceptada, puesto que el estadio con que contaba no reunía las condiciones adecuadas que requería la A.F.A. Por tal motivo era necesario efectuar remodelaciones en su vieja cancha de barrio Industrial. La comisión directiva quiso comprar un lote lindero donde se encontraba una casa para poder construir otra tribuna. El dueño del inmueble, que cuentan era el lechero del barrio, se negó a vender su vivienda, por lo tanto el salaíto tuvo que buscar otro lugar para erigir su estadio.
La vieja ochava de la entrada del estadio, que fue demolida hace algunos años.

Fue así que en 1944 se asentó en lo que hoy se denomina barrio Sarmiento, gracias al aporte de José Martín Olaeta, presidente del club por ese entonces, que compró un terreno en Roma (actualmente Víctor Mercante) y Av. Sorrento. Allí se construyó el estadio que ahora lleva el nombre de quien fuera el propulsor para que la obra se pueda llevar a cabo. Años más tarde la familia de Olaeta cedió al club los terrenos que eran de su propiedad. El primer partido oficial que disputó en su nueva cancha fue el 15 de abril de 1944 ante All Boys, con quien igualó 2 a 2 por el campeonato de la Segunda División de Ascenso. Hoy en día el estadio José Martín Olaeta cuenta con una capacidad para albergar doce mil espectadores.


La tribuna de cemento del estadio de Argentino.

domingo, 30 de enero de 2011

Los diferentes reductos de Tiro Federal

Actual vista de los modernos palcos del estadio Fortín de Ludueña.

A través de su historia el Club Atlético Tiro Federal Argentino ha tenido emplazado su estadio en diferentes sitios de la ciudad de Rosario. Aquí haremos un repaso de cada uno de ellos.
Tras fundarse el 29 de marzo de 1905 instaló su primer campo de deportes entre Goosweiler, Humberto 1° y Bv. Avellaneda. La mencionada cancha se localizaba en inmediaciones del antiguo Tiro Federal Argentino. Allí permaneció hasta 1926, luego en 1927 el club adquirió un terreno en el denominado barrio Industrial, más precisamente entre las calles Vélez Sarsfield e Iguazú. En ese lugar levantó su nuevo estadio, que se hallaba lindante con el del club Argentino. Es preciso remarcar que hasta que se terminaron las obras de construcción hizo de local en la cancha de Gimnasia y Esgrima, sita en en el Parque de la Independencia. Según investigaciones realizadas podemos decir que recién en 1929 inauguró oficialmente su cancha de barrio Industrial.
Más tarde en 1935 se asentó entre las calles Ocampo, Dorrego, Bv. 27 de Febrero y Moreno. Ese field fue conocido como la cancha del tanque, por su cercanía al tanque de Aguas Corrientes, que aún hoy podemos contemplar.
Espectacular imagen del año 1937, donde se observa el estadio que Tiro Federal tenía en Bv. 27 de Febrero y Moreno. En la misma también se puede apreciar un sector del Parque Independencia y el tanque de agua, que todavía se conserva en nuestros días.

El 4 de marzo de 1954 en una asamblea la comisión directiva, junto a los socios de la entidad decidieron comprar un terreno en barrio Ludueña, donde comenzaron a construir su reducto, que se erigió en la manzana correspondiente a las calles Casilda, Matienzo, Humberto 1° y Felipe Moré. La vieja cancha de Tiro Federal, en barrio Ludueña, antes de ser refaccionada en el año 2001. Los antiguos tablones de madera que se ven en la foto fueron reemplazados por tribunas más confortables para el público.

Cuando Tiro Federal empezó a disputar el torneo Argentino B en el año 1998 no pudo ejercer su localía en su cancha, porque no estaba en condiciones, por tal razón tuvo que deambular por varios estadios ajenos, ya que jugó en el Gabino Sosa, el Olaeta y en el Gigante de Arroyito.
Luego en 2001 se refaccionaron las instalaciones de la cancha, desmantelándose la vieja tribuna de tablones de madera, que estaba rota. En su lugar se construyó la platea que da espaldas a la calle Matienzo y una popular que da a Felipe Moré. Asimismo se edificaron las cabinas de transmisión y los palcos oficiales. La reinauguración del nuevo estadio, rebautizado el Fortín de Ludueña se produjo el 9 de diciembre. Ese día el conjunto tirolense empató 2 a 2 ante San Martín de Tucumán. Posteriormente se hicieron dos tribunas más. También es importante remarcar que mientras el club militó en la Primera División del fútbol argentino durante la temporada 2005/06 se desempeñó de local en el estadio del Real Arroyo Seco y en encuentros más importantes lo hizo en el Coloso del Parque Independencia, perteneciente a Newell’s Old Boys.
Hoy en día juega todos sus partidos de la Primera B Nacional en su propia cancha, que cuenta con una capacidad para albergar a 10.000 personas.

domingo, 21 de noviembre de 2010

El día que Rosario Central pasó a ser de Arroyito

La vieja tribuna oficial del estadio de Génova y Cordiviola.

Sin dudas Rosario Central está estrechamente ligado al barrio Lisandro de la Torre, más conocido como Arroyito, pero no siempre su estadio estuvo emplazado allí. Su primer campo de juego se situó entre los antiguos portones 3 y 4 del ferrocarril Central Argentino. Esos terrenos, que quedaban ubicados en inmediaciones del pasaje Escalada, eran de propiedad del ferrocarril y por intermedio de los señores W. Lucas y T. Russel el recientemente formado Central Argentine Railway Athletic Club pudo instalar su cancha de críquet, donde luego se practicó también fútbol. Posteriormente en 1896 se mudó entre la Av. Alberdi y Jorge Hardin, en unos terrenos que pertenecían al señor Oldendorff. Luego en 1902 se instaló en la Villa Sanguinetti. La llamada cancha del cruce se ubicó entre las calles Catamarca, Constitución, Castellanos y Tucumán. En 1918 se trasladó a espaldas de los galpones del F. C. C. A., en inmediaciones de la parada Castellanos, entre las calles Iriondo (actualmente Ingeniero Thedy) y Facundo de Zuviría (hoy Central Argentino). Posteriormente en 1924 la institución se independizó totalmente del ferrocarril Central Argentino, por tal motivo tuvo que abandonar dicho campo de deportes, que le pertenecía a la empresa. Tras quedarse sin cancha jugó en la del Club Atlético Bolsa de Comercio, sita en 9 de Julio y Ovidio Lagos.
Recién a finales del año 1926 inauguró el estadio de las calles Génova y Cordiviola.
La tarde del 14 de noviembre por primera vez en su historia Rosario Central hizo de local en Arroyito y su rival fue nada mas, ni nada menos que Newell’s Old Boys, su tradicional adversario. El público agotó las entradas, ya que nadie quería perderse el clásico de la ciudad, que se jugaba por tercera vez en el año. En los anteriores dos cotejos, Newell’s se había impuesto por 3 a 1 el 10 de enero e igualaron en uno el 27 de junio. El cuadro auriazul tenía la posibilidad de revancha en su nuevo reducto.
En los primeros instantes del encuentro el elenco rojinegro fue el dominador del juego y a los 5’ abrió el marcador, gracias a un remate de Humberto Libonatti. Cuatro minutos después el mismo jugador anotó el segundo gol. Panorama netamente adverso para el equipo canalla, que achicó distancias a los 15’, mediante un penal que convirtió Florencio Sarasívar. Incentivado por el descuento Rosario Central salió a buscar el empate, que logró a los 25’ cuando Castagno pifió un remate de Coirini y señaló un autogol. A los 26´ Bertei dio vuelta el tanteador y puso en ventaja a su equipo por 3 a 2. Notable reacción de Central, que en pocos minutos pasó a ganar el cotejo. En el complemento Bertei, marcó el cuarto tanto, con el que su equipo se impuso por 4 a 2. Al término del encuentro se observó el festejo de la parcialidad auriazul, que desde ese entonces pasó a ser del conjunto de Arroyito, ya que su club quedó vinculado con el barrio, que lo adoptó como propio.
Luego en 1929 se inauguraron las tribunas populares del estadio, que agrandó su capacidad. Para la ocasión se organizó un partido amistoso ante Peñarol de Montevideo, pero esa es otra historia que será contada en su debido momento.

Una imagen de la antigua entrada a la cancha de Rosario Central en Arroyito.


Síntesis
Rosario Central 4: Octavio Díaz; Francisco De Cicco y Florencio Sarasívar; Félix Sarasívar, José Fioroni y Fernando Fajardo; Antonio Macías, A. Ongaro, Armando Bertei, Atilio Coirini y Esteban Indaco.
Newell’s Old Boys 2: Enrique Vogler; Ángel Rizzi y Florindo Bearzotti; Alfredo Chabrolín, Carlos Villa y Miguel Castagno; Agustín Peruch, Humberto Libonatti, Atilio Badalini, Antonio Ansaldi y Manuel Morosano.
Goles: 5’ y 9’ H. Libonatti (NOB), 15’ F. Sarasívar (RC), 25’ Castagno (NOB) e/c, 26’ y 53’ Bertei (RC).
Cancha: Rosario Central.