Octavio Díaz en escena atajando un penal ante Egipto, en las semifinales del torneo olímpico de fútbol de Ámsterdam.
Poniéndome a tono con la cercanía de los Juegos Olímpicos que comenzaran en Londres el 27 del corriente, les brindo la historia de un futbolista rosarino que obtuvo la medalla plateada en Ámsterdam.
En el año 1928 el guardameta Octavio Díaz, perteneciente a Rosario Central formó parte del plantel de la selección Argentina que viajó a la capital holandesa para disputar el torneo olímpico de fútbol. El 1º de marzo el arquero rosarino se trasladó a Buenos Aires, para sumarse a la delegación argentina, que partió rumbo al viejo continente para desempañarse en el torneo internacional. Cabe señalar que previamente el 1º de abril el conjunto nacional jugó un encuentro amistoso en Lisboa ante Portugal, con quién igualó sin tantos. El arquero titular en dicho encuentro fue precisamente Octavio Díaz, que según algunos comentarios de la época tuvo una buena labor, a pesar que ese día los lusitanos no crearon demasiadas situaciones de gol sobre la meta albiceleste. Esa tarde la selección dirigida por José Lagos fue claramente superior a su rival y no logró desequilibrar el marcador por falta de puntería, tan es así que desperdició tres penales. Perinetti y Paternoster malograron los dos primeros. Posteriormente el árbitro argentino Lorenzo Martínez sancionó una nueva pena máxima, que fue ejecutada por Calandra, que no tuvo mejor suerte que sus compañeros, ya que no pudo convertir, puesto que Roquete, arquero portugués le detuvo el disparo.
El combinado nacional alistó a Octavio Díaz; Ludovico Bidoglio y Fernando Paternoster; Segundo Medici, Saúl Calandra y Rodolfo Orlandini; Natalio Perinetti, Pedro Ochoa, Domingo Tarasconi, Roberto Cherro y Raimundo Orsi, en tanto los anfitriones formaron con Roquete; Carlos Alves y Jorge Vieira; Martinho de Oliveira, Serra e Moura y Valdemar Mota; César de Matos, Joao dos Santos, Vitor Silva, José Manuel Martins (32’ Alfredo Ramos) y Pepe.
El equipo argentino que jugó ante Portugal en Lisboa, en un amistoso previo al torneo de Ámsterdam
Posteriormente el 29 de mayo se produjo el debut de Argentina en el certamen futbolístico de Ámsterdam. En un cotejo netamente desigual aplastó a Estados Unidos por 11 a 2, en los octavos de final. Luego el 2 de junio batió a Bélgica por 6 a 3, en los cuartos de final. En esos dos encuentros Ángel Bossio fue el encargado de cuidar el arco argentino. Pero en las semifinales juagadas el 6 de junio ante Egipto, Octavio Díaz fue el guardavalla argentino. El rosarino cumplió una soberbia actuación frente a los africanos, a quienes les contuvo un penal. Finalmente Argentina goleó 6 a 0 a los egipcios y se clasificó finalista del evento. Argentina alineó a Octavio Díaz; Ludovico Bidoglio y Fernando Paternoster; Segundo Medici, Luis Monti y Juan Evaristo; Alfredo Carricaberry, Domingo Tarasconi, Manuel Ferreira, Roberto Cherro y Raimundo Orsi. Mientras que Egipto salió al campo de juego del estadio Olímpico de Ámsterdam con Mohammed Ali Roston; Sayed Abaza y Ahmed Mohamed Salem; Gaber El Soury, Ali El Hassany y Abdel Hamid Hassan; Ismail El Sayed Hooda, Ali Mohammed Riad, Mohamed Hassan, Mahmoud Moukhtar y Gamil El Zobeir.
Los goles fueron anotados por Roberto Cherro, Manuel Ferreira en dos oportunidades y Domingo Tarasconi en tres. La final se disputó el 10 de junio ante Uruguay, que había dejado en el camino a Italia, tras derrotarlo por 3 a 2, en un ajustado encuentro. El resultado fue un empate en uno (Pedro Petrone anotó el tanto uruguayo y Manuel Ferreira marcó para Argentina). Debido a la igualdad fue preciso jugar un partido desempate, el cual se llevó a cabo tres días después. Roberto Figueroa a los 17’ adelantó en el tanteador a la celeste, luego empató transitoriamente Luis Monti a los 28’ y finalmente Héctor Scarone a los 73’ le dio la victoria al seleccionado charrúa por 2 a 1. A pesar de no haber jugado las dos finales el negro Octavio Díaz se llevó a su casa la presea de plata y representó de gran manera al fútbol rosarino a nivel internacional.
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